Un espíritu no prisionero es un diálogo entre la prosa y la poesía, entre la vida cotidiana y el arte, entre el ruso y el castellano. Es el relato vivo que la poeta hace de sí misma a través de sus diarios y de sus cartas, de sus poemas y de sus ensayos. Es la voz de quien fue, en palabras de Joseph Brodsky, el poeta más grande que diera el siglo XX.
Elena Frolova, cantante y compositora rusa, ha consagrado una parte importante de su trabajo a musicalizar la obra de poetas rusos y extranjeros: Marina Tsvietáieva, Alexandr Blok, Anna Ajmátova, Osip Mandelstam, Borís Pasternak, Joseph Brodsky, Serguéi Esenin, entre otros, así como Paul Verlaine o Federico García Lorca.
Su labor de difusión de la poesía a través de la música la emparenta con artistas españoles como Joan Manuel Serrat, con quien comparte también el cariño y reconocimiento del público a lo largo de los años.
A lo largo de los años, Elena Frolova ha creado un vínculo entre la tradición popular y los textos de poetas modernos o contemporáneos, célebres u olvidados. Toca, además de la guitarra, el gusli, un histórico instrumento de cuerdas que tiene sus orígenes en el siglo X.
Selma Ancira es una de las mejores traductoras de literatura rusa en lengua castellana. Nacida en la ciudad de México en 1956, estudió filología rusa en la Universidad Estatal de Moscú, en donde se especializó en literatura rusa del siglo XIX.
Entre los autores rusos que ha traducido están Marina Tsvietáieva, Lev Tolstói, Alexandr Pushkin, Nikolái Gógol, Fiódor Dostoievski, Iván Goncharov, Iván Bunin, Mijaíl Bulgákov, Borís Pasternak, Serguéi Eisenstein, Nina Berbérova, Ósip Mandelstam, Bulat Okudzhava e Izraíl Metter.
Entrada: acceso libre y gratuito hasta completar aforo (195 localidades). Las entradas se podrán retirar en la recepción del centro a partir del jueves 9 de noviembre.